Entre los distintos sistemas no tradicionales de cultivos de algas marinas hay algunos que han demostrado ser más efectivos y eficaces que otros, partiendo de la base de que la mayoría de estos sistemas son exitosos pues permiten a los cultivadores regular ciertos elementos de sus cosechas mejor que en la naturaleza abierta.
Uno de los más populares de estos métodos es el del cultivo en tubos plásticos, que es utilizado con muchas especies de algas marinas, particularmente con las del género de algas rojas Gracilarias. Hoy te contamos más acerca de esto.
Cultivar algas Gracilarias en tubos plásticos
A lo largo de la evolución histórica de los métodos de cultivo de algas marinas con intervención humana (o sea, aquellos que no son espontáneos en medios silvestres) se ha buscado siempre la posibilidad de regular el entorno y los recursos según las cosechas lo necesiten. Por ejemplo, que se pueda variar la salinidad y acidez de los sustratos y el medio acuático, la luminosidad recibida y las temperaturas a las que se exponen las algas, entre otros factores.
De esta forma se han ido perfeccionando los diversos sistemas que se utilizan en la actualidad, entre los cuales se ha vuelto muy eficaz el uso de tubos plásticos (que pueden ser rígidos, como cañerías, o flexibles, como bolsones).
Los principales beneficios de este productivo método
Primeramente debemos destacar una vez más la posibilidades otorgadas por el cultivo de algas Gracilarias y de otras especies con este sistema en cuanto al control y regulación de las condiciones de los cultivos. Reducir los espacios de cultivos a “lotes” o “porciones” facilita que podamos cambiar sus condiciones y monitorear los efectos; no es lo mismo supervisar y modificar el ambiente en una alberca de un millón de litros que hacerlo en un tubo de 200 litros.
Este beneficio también repercute en la continuidad de los cultivos, dado que la reproducción y el incremento del volumen de las cosechas es mucho más accesible en estos ambientes. La generación de cepas de algas in vitro (reproducidas en el laboratorio) contará desde sus inicios con las características que posibilitarán su crecimiento en los tubos, aspecto que se torna muy delicado en cultivos en entornos silvestres no modificados o grandes espacios.
Por otra parte, la independencia que cada tubo le brinda a cada lote o porción del cultivo hace que sea muy sencillo identificar y tratar posibles males, tales como plagas, hongos, podredumbres o enfermedades. Si se identifica un lote afectado, el aislamiento de los lotes sanos ya está hecho; solo deben ser monitoreados con más cuidado. En estos casos la prevención es una de las soluciones más importantes.
Reutilización sustentable de materiales
Una de las ventajas más importantes que en la actualidad nos ofrece el método de cultivo en tubos plásticos es la de la sustentabilidad. Aunque tradicionalmente el material plástico no sea uno que asociemos positivamente con el cuidado del medio ambiente sino todo lo contrario, lo cierto es que hoy en día tenemos a nuestra disposición muchas variedades de polímeros plásticos con alto valor de reciclaje e incluso producidos con materiales que no dañan los ecosistemas. De hecho, ya se están fabricando bolsas y tejidos utilizando compuestos en base a algas marinas como materia prima.
Este valor de reutilización y reciclaje de los materiales de los tubos no solo conlleva los beneficios de la sustentabilidad desde el aspecto ecológico, sino también los de la sustentabilidad económica para quienes llevan adelante este tipo de producción en acuicultura.
Finalizamos así este informe para que puedas conocer mejor el sencillo y eficaz método de cultivo controlado de algas marinas rojas Gracilarias en tubos de plástico. Este sistema es utilizado cada vez con mayor frecuencia, demostrando así sus resultados positivos y los beneficios que conlleva.