Al igual que las plantas terrestres, las algas marinas también pueden ser cultivadas de forma domesticada, es decir, mediante la intervención humana. Así como plantas y árboles pueden encontrarse en la agricultura tradicional y también en estado salvaje, las algas también existen en ambos ambientes.
En algunas culturas el cultivo de algas se remonta cientos de años atrás. Originalmente se trató de cultivos de recolección, pero pronto sus consumidores fueron conociendo y aprendiendo los beneficios de respetar los ciclos de crecimiento y expansión de los bosques de algas. Así fue como como el ser humano comenzó a practicar la agricultura marina de algas de forma consciente.
Como suele ocurrir con la crianza de plantas y animales, cada uno de los métodos existentes presenta ventajas en algunos aspectos y desventajas en otros. Muchas veces los productores están condicionados por las características ambientales y climáticas del territorio disponible, y deben adaptarse a ellos y buscar mejoras con recursos limitados.
En el cultivo de algas tradicional se controlan áreas marítimas determinadas mediante redes u otras barreras que permiten la normal influencia de las mareas y corrientes en las plantaciones, a la vez que las protegen de depredadores u objetos flotantes que puedan dañarlas.
También es frecuente la adecuación de cierto sector de la costa para simular las condiciones ideales del terreno en el que el tipo de algas a cultivar será producido. Este método implica mayores costos y recursos, ya que a veces la sola obtención de una parcela de franja costera puede ser muy difícil de adquirir.
De igual forma, el cultivo de algas en recipientes fuera del mar (como albercas, tarrinas, fosos o simples tinajas de buen tamaño) también es bastante antiguo. Como dijimos, este método también presenta sus beneficios y complejidades, pero ya comienza a aproximarse más a los métodos no tradicionales de la agricultura marítima.
La evolución de las tecnologías y los avances científicos vinculados a este tipo de agroemprendimientos acuáticos han facilitado muchísimo el crecimiento de esta industria en los últimos años. En pocas palabras, tanto los métodos de cultivo más tradicionales in situ como los realizados en recipientes acondicionados se han visto beneficiados de las posibilidades de adaptación de distintos elementos que la tecnología facilita hoy en día.
A su vez, el descubrimiento de más propiedades y beneficios en distintos tipos de algas aplicados a la alimentación humana, la salud, la cosmética, la agronomía marina y la fertilización de cultivos terrestres también han potenciado este sector productivo.
Gracias a que se conocen mejor los requerimientos de los tipos de suelos y sustratos que benefician el crecimiento de distintas especies de algas, es posible replicarlos en condiciones artificiales y potenciar así su eficiencia.
De esta manera, pueden simularse rocas o lechos marítimos ideales para el enraizamiento de las algas utilizando otros materiales que puedan resultar menos costosos y más productivos que los tradicionales en sus ambientes naturales.
De igual forma las condiciones ideales de iluminación pueden simularse con focos eléctricos, o regularse cubriendo las aguas de cultivo con materiales opacos para limitar el impacto de la luz solar natural.
En la actualidad existen materiales especiales que permiten pasar o rechazar ciertos tipos de radiación solar. También hay bombillos o focos sumergibles que emiten determinada clase de luz a la vez que omiten otras. Conociendo las exigencias de cada clase de alga, es muy sencillo potenciar luminicamente sus necesidades en el cultivo moderno.
Por último, así como las plantas terrestres tienen buena parte de su vida principal en el medio aéreo atmosférico, las algas marinas viven y prosperan mayormente en inmersión acuática. Con los métodos no tradicionales de cultivo de algas es más sencillo y efectivo regular de forma ideal las condiciones de este ambiente que al hacerlo en mar abierta, donde las temperaturas, la salinidad y la contaminación son prácticamente incontrolables.
De esta forma hemos repasado los aspectos fundamentales que hacen a los principales métodos no tradicionales de cultivos de algas. Una industria en desarrollo que promete lo mejor para el futuro de la humanidad y el medio ambiente.
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