Cada nuevo día nos sorprende la triste noticia de una especie animal o vegetal que ha entrado en la lista negra de quienes están condenados a desaparecer de nuestro planeta, o incluso de especies que ya no están. Las extinciones son eventos que tienen muchas causas y consecuencias diversas, y como especie dominante del planeta deberíamos estar más atentos a ellas.
En el caso de las algas marinas, las amenazas que ponen en riesgo su existencia son mayormente originadas en nuestras actividades humanas productivas e industriales, a la vez que somos víctimas directas de nuestras acciones contra los ecosistemas.
¿Las algas marinas están en peligro de extinción? ¿Qué puede depararle al planeta y a la humanidad la potencial desaparición de las algas marinas? ¿Qué acciones se están llevando a cabo para subsanar este trágico escenario actual? Sigue leyendo y descubre las respuestas.
Las amenazas que sufren las algas marinas
Aunque se trata de organismos que están presentes en nuestro planeta desde hace 1600 millones de años y han sobrevivido adaptándose a infinitas adversidades, las algas marinas también son seres vivos delicados, sensibles a los cambios ambientales. Y actualmente nuestro mundo sufre cambios muy drásticos y acelerados.
La interrelación que las algas marinas (tanto las microalgas como las macroalgas) tienen con la generación de oxígeno para la atmósfera del planeta Tierra las hace tan esenciales para la existencia de la vida como vulnerables en cuanto a su propia supervivencia. Son extremadamente perceptivas de los cambios ambientales, y los ecosistemas acuáticos son de los que más rápido se modifican y dañan ante la contaminación, el cambio climático y el calentamiento global extensivo.
La extinción de las algas marinas y sus consecuencias
El escenario que puede devenir si la desaparición de las algas marinas continúa a paso acelerado en sus entornos naturales es catastrófico. No solo la producción de oxígeno y de aire respirable en todo el planeta se vería disminuida, sino que el eslabón inicial de la cadena alimentaria marítima desaparecería, generando un efecto dominó de extinciones vinculadas de especies.
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¿La humanidad puede hacer algo para salvar a las algas marinas y a sí misma?
Sí, siempre podemos hacer algo para mejorar. Pero las acciones deben ser inmediatas, sin demoras.
Las posibles soluciones a este gran problema pueden venir de la mano de las propias algas marinas. Por ejemplo, en la sustitución de recursos productivos alimentarios, utilizando algas marinas para alimentar ganado vacuno en lugar de raciones y forrajes terrestres.
En la alimentación humana también puede tener consecuencias positivas a nivel ambiental, ya que aumentando la producción de algas marinas para distintas industrias y fines se les está dando un incentivo a su presencia natural en el planeta, ayudando a reducir los gases de efecto invernadero y permitiendo auténticamente que retrocedan las consecuencias negativas del cambio climático.
A su vez, en cuanto a la alimentación humana el Programa Mundial de Alimentación de las Naciones Unidas estima que el cultivo extensivo de algas marinas en países en vías de desarrollo puede en este momento alimentar a unos 12 millones de personas, pudiendo cuadriplicarse en solo un año con la ayuda económica adecuada.
Todas estas acciones combinadas pueden arrojar muy buenos resultados para la salud de nuestro planeta, de forma más rápida de la que creemos. Solo resta tomar cartas en el asunto, desde la posición de las autoridades de cada país, así como desde cada uno de nuestro pequeños gestos individuales.
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Por lo tanto, esta es la perspectiva que nuestras amigas las algas marinas tienen para el futuro más cercano. De nosotros como especie es la responsabilidad de tomar acciones para proteger su subsistencia, y por ende la nuestra propia, pues la vida en nuestro planeta depende por completo de las algas marinas para existir.