La costa panameña siempre ha sido un lugar de encuentro para la población Guna y afroantillana para relacionarse con el mar. En esta cultura estaba extendido el uso de las algas Gracilaria presentes en esta costa para tratar múltiples dolencias, también se usaba como alimento.
A través del estudio de esta alga marina en el litoral panameño, la Doctora Gloria Batista de Vega pudo observar que mediante el uso de los extractos AMPEP y AMPEP K+ se producían variaciones en la capacidad de crecimiento durante un período de las algas Gracilaria blodgettii.
En comparación con los métodos tradicionales de estimulación del crecimiento del alga, la presencia de estos fitoestimuladores se ha demostrado eficaz para conseguir unos resultados prometedores en términos cuantitativos.
Con el uso de estos métodos probados por la Doctora Batista en las granjas de algas Gracilarias de Panamá, se pueden reducir los costos de producción de semillas a la vez que se mejora la calidad de las mismas.
La información aportada por el estudio, puede ayudar a alentar una mayor producción de este tipo de algas en el litoral panameño en unas condiciones muy favorables para el desarrollo de su explotación. Los fines son cosméticos y alimenticios, de unas algas bien valoradas por sus propiedades.
El estudio se publicó en la revista científica Springer con un trabajo de campo realizado por la doctora Batista y contó con el apoyo del Instituto Smithsonian, del presidente de Global SLI, Guillermo Liberman y su padre Samuel Liberman como socios de Gracilarias de Panamá.
Para complementar la información del estudio se contó con la colaboración de la Doctora María Rosa Alcover Arándiga y el Doctor Vicente Chirivella González, ambos de la Universidad Politécnica de Valencia, en España que aportaron su conocimiento en el ámbito del estudio.
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