Tal vez alguna vez hayas tenido la fortuna de ir a la playa durante una noche oscura y sin luna, y te haya sorprendido un fenómeno natural que nada tiene que envidiarle a las auroras boreales o los arcoiris: la luminiscencia marítima. Si has observado este espectáculo en persona o al menos sabes de lo que estamos hablando, debes saber que sus causantes son nuestras amigas las algas marinas.
Hoy queremos contarte algunos detalles sobre este mágico fenómeno de las algas marinas fluorescentes. Porque entenderlo en mayor profundidad no le quita lo maravilloso, sino todo lo contrario.
En los reinos animal y vegetal existen muchísimos seres con la capacidad de generar “luz” propia mediante diferentes mecanismos orgánicos que suelen implicar complejas reacciones químicas. Las finalidades de estas luminiscencias son innumerables, y pasan desde atraer presas hasta espantar predadores o incluso generar atracción sexual para garantizar su reproducción.
Dentro del mundo marino encontramos la mayor cantidad de estos ejemplos, y a su vez entre los organismos microscópicos es donde más abundan, especialmente en el fitoplancton, y ciertas microalgas o cianobacterias.
Su presencia está extendida a casi todas las aguas oceánicas y marítimas del planeta, con variable abundancia según ciertas características. Esto ha hecho que a través de la historia de la humanidad hayan sido objeto de numerosas leyendas, protagonizando mitos y cuentos sobrenaturales, y recibiendo nombres como “fantasmas marinos”, “fuegos fatuos” o “espuma divina”.
Dejando de lado estas creencias populares, el nombre genérico más extendido para estas algas fluorescentes en español es el de “noctilucas”.
El fenómeno bioluminiscente generado por las microalgas marinas depende directamente de la generación de ciertas enzimas conocidas como luciferasa y luciferina. Estas son las mismas que causan que los abdómenes de las luciérnagas brillen en las noches cálidas, aunque orgánicamente tienen variantes y características propias, por lo cual los colores de las luciérnagas oscilan entre tonos de amarillos y verdes y los de las noctilucas abarcan tonos azules, celestes, verdosos y blanquecinos.
Sin meternos en los detalles técnicos de las complejas reacciones químicas que existen detrás de esta luminosidad de las microalgas marinas, podemos decir que la generación de las enzimas luciferasa y luciferina en las noctilucas depende directamente de su alimentación. En su dieta se encuentran otras microalgas (principalmente el fitoplancton llamado diatomea), bacterias y copépodos (crustáceos microscópicos). También se alimentan de los huevos de estas especies.
Esta alimentación incrementa la producción de luciferina y luciferasa, y estas enzimas producen el brillo por un proceso acelerado de oxidación (es decir, al entrar en contacto con el oxígeno). Es por esto que mayormente vemos el brillo al golpear el agua, o en las rompientes de las olas, y que se supone que su finalidad principal es la defensa ante predadores.
Como mencionamos anteriormente, este fenómeno está presente en casi todas aguas salobres del mundo, principalmente de océanos y mares, pero esto no es excluyente. En algunos lagos llegan también a observarse noctilucas brillando, pero comparativamente su resplandor es mucho menor al de sus pares marítimas.
Entre los sitios más recomendados en el planeta para presenciar este fenómeno de bioluminiscencia en todo su esplendor podemos recomendar:
– Bahía Toyama, Japón: en las costas del mar de Japón, particularmente entre marzo y junio al bajar las mareas.
– Concholón, Panamá: en la punta sur de la Isla del Rey, sobre las aguas del pacífico panameño, sobre todo al finalizar el verano.
– Costas de Rocha, Uruguay: principalmente en los meses de marzo y abril, cuando comienza el otoño, y en playas como Valizas y Cabo Polonio, que tienen muy baja o nula contaminación lumínica.
– Laguna Luminosa, Jamaica: se trata de una laguna de agua salada ubicada en las proximidades de Montego Bay. Es ideal visitarla con mareas marítimas altas.
Estos son los datos más escenciales que debes conocer acerca de las maravillosas algas marinas fluorescentes, uno de los fenómenos naturales más deslumbrantes que puedes observar en las costas del mundo.
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