La importante asociación natural entre las algas y los manglares

Las algas son organismos muy versátiles, que están presentes en casi cualquier cualquier ecosistema a lo largo y ancho del planeta Tierra, más allá de lo extremas que puedan ser las condiciones climáticas o ambientales. Parte de esta adaptabilidad radica en su increíble capacidad para aprovechar las características de otros organismos con los que cohabita, generando con ellos asociaciones de mutuo beneficio.

Uno de estos escenarios de colaboración más fascinantes entre especies es el que las algas y los manglares han desarrollado en distintas partes del mundo, especialmente en zonas tropicales donde abundan estos imponentes bosques de aguas mixtas e intermareales. Hoy queremos contarte un poco más sobre ellos y su importancia medioambiental.

La mutua colaboración entre algas y manglares en las zonas tropicales

Los bosques de manglares son uno de los biomas de mayor diversidad en las zonas tropicales y por extensión del mundo, tanto en cuanto a flora como a fauna, sean estas acuáticas marítimas o de terrenos de transición ambiental, y también para ciertas especies terrestres que frecuentan estos ecosistemas (mamíferos, aves, reptiles, insectos, arácnidos, plantas, musgos, líquenes y un interminable etcétera).

Poniendo el foco en lo que nos interesa particularmente, sabemos que en cualquier ambiente en el que las algas estén presentes se constituyen como excelentes productores primarios de alimento para la fauna subacuática, aportando así el punto inicial para cadenas tróficas que llegan hasta los depredadores más importantes de estas. Por otra parte, las algas también brindan espacios habitables y de refugio para muchas especies de peces e invertebrados, lo que resulta fundamental para su supervivencia y reproducción.

A su vez, las estructuras subacuáticas y subterráneas (bajo el sustrato acuático en este caso) de los manglares presentan condiciones ideales para la profusión de algas marinas. Se han identificado más de doscientas especies de algas marinas que se asocian exitosamente a los manglares en zonas tropicales, abarcando familias de algas muy distintas entre sí, tales como cianofitas, clorofitas, feofitas y rodofitas.

Tal diversidad es porcentualmente muy llamativa, si se tiene en cuenta lo reducidos que son estos espacios geográficos en extensión, comparativamente con otros ecosistemas en los que se hacen presentes esas especies de algas marinas. De esto se han desprendido numerosos estudios que determinan que esa riqueza es motivada por el beneficio mutuo que algas y manglares se proporcionan uno al otro.

El Bostrychietum en las algas de los manglares: clave en la conservación medioambiental

Dentro de las innumerables clasificaciones que pueden identificarse al respecto de tantas especies de algas marinas asociadas a zonas de manglares, hay una que ha sido estudiada y detallada con altísimo detalle y precisión, debido a lo fundamental que resulta en la conservación medioambiental del ecosistema planetario. Se trata del denominado complejo Bostrychietum, una agrupación de algas que se asocia a las raíces de los manglares tropicales y subtropicales.

En el trabajo titulado El complejo Bostrychietum: la flora de algas asociadas a las raíces del manglar en la costa pacífica colombiana, presentado por el destacado Doctor Enrique Peña-Salamanca en la Revista de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales en 2017, el género Bostrychia (y sus diferentes morfotipos) presentan una amplia capacidad evolutiva, dada la constante exposición que sufren a los “cambios extremos en el régimen lumínico, la salinidad y el nivel de inundación impuesto por la marea”. A su vez, sus capacidades de fotosíntesis son inigualables, tanto el medio acuático como en el aéreo, debido a las intermitentes etapas de inundación y desecación del área.

A grandes rasgos, la resistencia evolutiva lograda por estas algas y su estrecha asociación a las raíces de los manglares, hacen que su presencia resulte fundamental para la conservación de especies de flora y fauna en estos biomas. Como aportadores primarios, su adaptabilidad es el primer factor de importancia en garantizar recursos para quienes de ellos dependen.

De esta manera finalizamos este recorrido por la fundamental asociación ecológica entre las distintas especies de algas y los manglares, en estos mágicos bosques cenagosos que tan importantes son para el equilibrio de la vida en nuestro planeta.