Los usos más destacados de las algas marinas en cosméticos y estética

“La naturaleza es sabia” suele ser un dicho popular muy extendido por todo el mundo, y realmente no le falta razón. De la mano de su infinita sabiduría está la capacidad de investigación y elaboración que los seres humanos hemos ido resolviendo durante generaciones y generaciones, descubriendo aquellos secretos que la naturaleza nos ofrece.

En esta ocasión queremos explorar y compartir contigo los más importantes usos en los que actualmente las algas marinas son aplicadas en la industria de la cosmética y la estética, para que puedas conocer mejor su riqueza para la salud y la belleza humanas.

Las algas marinas y sus grandes aportes a la cosmética

Desde tiempos ancestrales la humanidad ha usado las algas marinas en distintas áreas de su vida cotidiana, particularmente en la alimentación y la fertilización de cultivos, pero también en cuanto a la salud y la belleza.

Existen registros precisos del uso de cataplasmas y ungüentos cutáneos hechos a base de algas marinas que se remontan hasta el antiguo Egipto en la época dorada de los faraones, con algas recolectadas tras las crecidas del río Nilo. Al parecer, los sacerdotes médicos utilizaban este tipo de preparaciones para tratar picaduras de insectos y heridas superficiales, así como también para suavizar la piel y dar brillo a los cabellos. La belleza exterior se consideraba como clara señal de un espíritu limpio.

En distintas medidas la humanidad nunca dejó de confiar en las algas marinas para sus medicinas tradicionales, hasta que la era moderna y la investigación científica llegaron a nuestras vidas para descifrar esos secretos que la sabiduría popular ya aplicaba desde siglos atrás.

Actualmente las algas marinas en la cosmética y la estética humana se usan en dos grandes formas, que pasaremos a contarte a continuación.

Consistencia, textura y aplicación

El primero de estos usos principales de las algas marinas en la cosmética industrial actual es también el más extendido, y cuyas raíces modernas se derivan del uso que se hace de las algas en la industria alimenticia. Nos referimos a la utilización de los agentes gelificantes que poseen estos organismos en sus paredes celulares (como el agar, ampliamente presente en gelatinas y preparados gastronómicos).

Este tipo de elementos se utilizan para dar consistencia y vehiculizar diferentes sustancias, principalmente geles, cremas y pomadas. En general para este uso se neutralizan los elementos nutricionales de las algas, y se conserva solo la base celular que les otorga esta peculiar textura gelatinosa. Los nutrientes se reservan para el siguiente apartado.

Aportes nutricionales y biológicos

Este es el otro gran uso de las algas marinas en la industria cosmética moderna, y el que quizás está más promocionado popularmente. Se trata del aprovechamiento de las innumerables propiedades nutricionales de vitaminas y minerales que estos organismos marinos poseen. En las últimas décadas la ciencia no ha cesado de descubrir más y más de estos beneficios.

Como bien lo sabían los antiguos egipcios hace unos 6.000 años, las algas acuáticas poseen propiedades hidratantes, antioxidantes, higienizantes y tonificantes, según cómo se las procese y aplique en cada situación. La industria moderna de la cosmética utiliza nutrientes extraídos de algas para elaborar cremas antiarrugas, anticelulíticas, de limpieza, contra sarpullidos, alergias y grasitud en la piel, así como también para champús y otros productos de belleza capilar

Estos son en la actualidad los grandes usos que las algas marinas protagonizan en la industria de la cosmética y la estética humana. Las investigaciones científicas cada día descubren e inventan nuevas formas de aprovechar las innumerables virtudes que la naturaleza nos ofrece mediante estos organismos para mejorar nuestra calidad de vida, en ese delicado punto donde la belleza y la salud se dan la mano.