Memoria defensiva: las algas marinas «recuerdan» las glaciaciones para defenderse de cambios ambientales

Cuando hablamos de las algas marinas y sus interacciones con las distintas facetas del medio ambiente, así como sus vínculos con otras especies de vegetales, animales y organismos marítimos siempre podemos encontrar sorpresas. Y esto es lo que ha ocurrido en un reciente estudio.

¿Qué tan lejos en el tiempo viene la “memoria” genética de nuestras queridas algas marinas? ¿Cuántes generaciones de estos increíbles organismos llevan transmitiéndose datos fundamentales sobre el entorno y su relacionamiento? Esto y mucho más es lo que han descubierto investigadores del Instituto Smithsonian de Washington DC, y que hoy te contamos en el presente artículo.

Las algas marinas también les “cuentan” historias a sus hijos

Si bien se tiene conocimiento cierto acerca de las herencias que cada generación de algas marinas deja a sus descendientes en aspectos de su supervivencia más inmediata, tales como los referentes a la reproducción y la absorción de energía, esta novedad va mucho más allá.

Los investigadores del Instituto Smithsonian de los Estados Unidos han publicado recientemente un artículo en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (traducible como Procedimientos de la Academia Nacional de Ciencias) en el que comparten los resultados de un estudio acerca de la historia genética de las algas marinas en las costas de los océanos Pacífico y Atlántico norte.

Entre las más sorprendentes conclusiones de esta investigación figura el hecho de que, si bien los cambios ambientales más inmediatos (que ocurren en períodos breves de uno a tres años, aproximadamente) afectan a las características físicas de las nuevas generaciones de algas marinas, resultan aún más influyentes las características genéticas heredadas desde miles de años atrás en el ADN de estas especies.

Los recuerdos de antiguos cambios climáticos

Para observar y corroborar estas informaciones milenarias encerradas en la propia esencia de las algas marinas los investigadores debieron fijarse detalladamente en el ADN de ciertas especies, y realizar un trabajo de investigación forense-ambiental en el hábitat de estas algas marinas.

De esta forma fueron rastreando y comparando los datos ambientales de los lugares en donde las algas marinas estudiadas habían ido desapareciendo, y contrastando elementos como las temperaturas históricas, los cambios de salinidad o acidez en el agua y el aire, y las alteraciones genéticas en cada generación conocida junto con los fósiles de esas algas marinas. Lo mismo hicieron pero con las especies de algas marinas que persistieron en esas regiones. Todo esto les llevó a replicar los pasos de su estudio en zonas geográficas similares alrededor del hemisferio norte de nuestro planeta, con lo que las conclusiones se iban aproximando de forma precipitada e indiscutible.

En la comparación de variables y resultados según las especies y regiones geográficas estudiadas pudieron determinar las divergencias genéticas existentes, y así analizar los datos del ADN de cada una, viendo la evolución de la respuesta a las variables ambientales.

Por último, la inmensa cantidad de datos e información así recabada fue puesta a “correr” en un modelo de simulación digital especializado en este tipo de estudios, con lo cual se pudo ver la curva evolutiva de las especies de algas marinas en relación a las macrovariables climáticas. De este modo fue como los investigadores pudieron observar que las respuestas genéticas esenciales a los cambios ambientales que las algas marinas tienen hoy en día se originaron gradualmente en las distintas glaciaciones ocurridas durante el periodo Pleistoceno, hace unos 2,60 millones de años aproximadamente.

Este es realmente un descubrimiento muy importante para entender mejor los efectos maternos y la genética hereditaria a niveles evolutivos en las algas marinas, algo cuyo análisis y estudio no está tan profundizado como otros aspectos. Conocer mejor a las algas marinas nos puede abrir muchas puertas a futuro, y hacia allí vamos.